Traumas
Los Traumas adentro del trauma
Según mi psicóloga, Andrea Bonilla, un trauma es "Choque emocional muy intensos causados por algún hecho o acontecimiento negativo que produce en el subconsciente de una persona que tarda en superar."
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Entonces los dividiré porque aparte de los ataques de ansiedad diarios, pasé diferentes traumas que me marcaron y sigo sanando. Sin embargo, he tenido personas increíbles que me han ayudado a sobrepasar cada trauma y etapa lo más sano posible.
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La mejor manera de sanar cada trauma ha sido hablar y avocarme a personas de mi confianza y mis momentos sola donde he llorado lo necesario.
Bamboocha
Mi Bamboochita fue parte de mi familia durante 14 años. Era nuestra perrita, pero tenía un alma noble, cariñosa y a pesar que le había dado un derrame hace dos años y había perdido sensibilidad en sus patitas, era una perrita feliz y amada. Gracias Bamboochita por cuidarme cuando salí del hospital y estar a mi lado cuidándome y haciendome compañía.
Ataques de ansiedad
Mi mano
Me quebré la muñeca y mi mano estuvo inmobilizada un tiempo. Con el tiempo me di cuenta que no sentía el dedo pulgar y me obligué a ser zurda y a acomodar la mano derecha mientras no sentía el dedo. El 1 de mayo en una de las terapias, sentí el músculo del pulgar y feliz grité y lloré de la felicidad. Esa noche me di cuenta que podía hacerlo para abajo, pero temblaba por la falta de fuerza. Aún no puedo dar like con la mano derecha. Mi ansiedad estaba reflejada en frustración por no poder escribir ni poder hacer tipografías que amo. Una persona me quitó el miedo diciéndome que podía hacerlo con la fuerza del codo y hombro, así que acomodé mi pulgarcito y rayé varias hojas. Fui muy feliz. A veces nos bloqueamos solitos.
La gente que lo mira a uno raro en silla de ruedas
Nunca me había puesto a pensar en que la gente lo juzga a uno sin pensar. La mayoría de gente lo ve a uno directamente a las piernas con los ojos abiertos. No amigos, no se pega esto y si, como me dijo el doctor "Te hiciste mierda, mija" y eso no nos da el derecho a juzgar a la gente. Mejor, traten de verle la cara a la gente y sonríanle. A veces uno sólo necesita una sonrisa.
No poder salir de mi casa
Quienes conocen mi casa, sabrán que es complicado. Vivo en un tercer nivel sin elevador porque es un edificio antiguo. Entonces al principio, la primera vez que salí fue con ayuda de Alerta Médica. Luego, un mi amigo que tiene problemas para bajar las gradas de su casa me enseñó que él había comprado una silla especial. Literalmente a uno lo llevan como si fuera proseción. Una persona, quien fue un ángel, me regaló mi silla para poder bajar las gradas con ayuda. ¡Gracias Donchi y Misha por hacerlo realidad! El domingo 5 de mayo, estábamos desayunando con mi familia cuando mi papá dice "Probemos y así nos quitamos el miedo". Gracias de todo corazón a mi familia.
Mariella
Mariella fue una persona a quien conocí únicamente durante casi un año, pero fue súper especial desde el primer segundo que la conocí. Fue una persona con quien compartí más que todo risas contagiosas y mi película favorita. Siendo una persona feliz, trabajadora, luchadora y tenaz, partió de la tierra al cielo dejándonos un ejemplo excepcional. Tenía dos años de no verla, pero supe que estaba pendiente de mi recuperación y como siempre, feliz. Fue un acontecimiento doloroso porque a pesar de tener todas las ganas de acompañar a su familia, estaba limitada a no poder ni siquiera salir de mi cama.
Peleando contra miedos
Esta lucha ha sido la más constante. No recuerdo mucho del tiempo en el hospital, pero recuerdo haberle preguntado al doctor si iba a volver a caminar. Me dijo que iba a ser doloroso, pero que necesitaba toda mi voluntad para poder lograrlo en seis meses aproximadamente. Llevo cuatro meses y ya me pusieron de pie, y estoy aprendiendo a caminar. ¡Bien hecho equipo!
Mi segundo miedo han sido las voces en mi mente con "No vas a poder", "Hoy no quiero", "Hay alguien mejor que tú haciendo lo que ya hacías", "Te vas a quedar sola porque a la gente le da hueva", etc etc. Sin embargo, siempre le gana mi vocesita interna con un "Si vas a poder" o un "¿Y si intentás esto?" Y terminar el día con una gran satisfacción de haber podido con todo lo que me propongo. Estamos tan acostumbrados a una competencia constante, que sólo tenemos que dejar que fluyan las cosas sin dejar en trabajar en uno mismo. Además no hay nada que un abrazo, un momento a solas, una buena llorada, un té y leer un poco no mejoren.